Identidades México

Rastros de los primeros pobladores del Continente Americano en Tamaulipas

Un grupo interdisciplinario conformado por investigadores del INAH, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Cinvestav-Irapuato y de la Universidad de Córdoba, España, trabajan en estudios de ADN para elaborar el perfil bioarquelógico de la región, donde fueron halladas las 30 osamentas humanas, cuya antigüedad se calcula hacia el segundo milenio antes de nuestra era.

Los especialistas trabajan desde el 2009 en un proyecto de exploración y excavación de cuevas mortuorias en la Sierra Madre Oriental y Tamaulipas, dónde se han encontrado al menos 80 cráneos en diferentes cuevas, así como pinturas rupestres y ofrendas mortuorias.

Los 30 restos óseos en estudio fueron halladas en la cueva de La Sepultura, en el estado de Tamaulipas y podrían estar emparentadas con los primeros pobladores del continente americano, según el INAH.

Con base en análisis osteométricos de ADN antiguo y pruebas de radiocarbono aplicados a los restos óseos recuperados en el municipio de Tula, en la Sierra Madre Oriental, se “demostraría que en esta área se encuentran indicios de uno de los linajes genéticos más antiguos de América”, asociados con el de los hombres que cruzaron por el Estrecho de Bering 12 o 10 mil años atrás.

El proyecto de exploración y excavación de cuevas mortuorias en Tamaulipas busca “comprender mejor el origen, desarrollo, calidad y estilo de vida de las culturas milenarias que se establecieron en la región”, informó el antropólogo físico Jesús Ernesto Velasco González, del Centro INAH-Tamaulipas.

El especialista añadió que los resultados preliminares de la investigación, iniciada en 2009, indican que el ADN de los restos esqueléticos de cerca de 30 individuos, rescatados en 2011 en la cueva de La Sepultura, “podría ser muy antiguo, pues estos linajes se remontarían a grupos de 10 y 12 mil años antes de Cristo”.

Los fechamientos por radiocarbono de los restos óseos (dientes) y un fragmento de petate hallado en la misma cueva, los ubican entre los años 1387 a 1195 a.C. y 1313 a 914 a.C.

Jesús Ernesto Velasco precisó que estudios anteriores de ADN, realizados en el Paleo-DNA Laboratory of Lakehead University, de Ontario, Canadá, a muestras de un ejemplar momificado procedente de la cueva Escondida o Encantada, rescatado en 2008 por el arqueólogo Gustavo Ramírez, han permitido identificar el linaje mitocondrial (perfil genético) de estas poblaciones.

El perfil de ADN antiguo encontrado en la muestra de La Escondida “indica que pertenece al haplotipo C (conjunto de variaciones de ADN), el cual se ha asociado de manera general a diversos grupos que poblaron de manera temprana el continente americano”, sentando la base, junto con la morfología craneal y los fechamientos de radiocarbono, para comparaciones futuras.

El antropólogo físico dijo que éste y otros análisis, como los que actualmente se llevan a cabo en los laboratorios Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio-Cinvestav), Unidad Irapuato, de Genética Molecular de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y el de Antropología Genética del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA)), darán certeza sobre el origen de los grupos prehistóricos del Noroeste mexicano y su dispersión a través del tiempo.

Restos óseos en otras cuevas

En el 2010, en la cueva de La Sepultura, ubicada en el municipio de Tula, los arqueólogos Tonantzin Silva y Carlos Vanueth Pérez descubrieron 15 cráneos y huesos de al menos tres individuos, además de una muestra interesante de material perecedero, fragmentos de petates y objetos de madera con ataduras, determinándose que se trataba de fardos funerarios.

En octubre de 2011 rescataron restos óseos de entre 26 y 30 individuos y a finales de 2012 se excavó en la cueva Escondida, municipio de Victoria, muy cercana la capital de Tamaulipas, donde se rescató una momia y otros dos esqueletos de infantes, los cuáles serán analizados para saber su antigüedad.

Finalmente, a la fecha, se han ubicado otras oquedades en las sierras de Tamaulipas con gran potencial, como las cuevas del Tepozán, en el municipio de Bustamante, con presencia de arte rupestre; del Guano y el Fraile, en el municipio de Victoria, asociadas también a pinturas en abrigos rocosos y restos mortuorios, entre otras.